De todo un poco. La magia y el encanto de los mercadillos está en que es posible encontrar siempre algo especial; como en la vida, lo inesperado nos espera a la vuelta de la esquina.
Summertime, and the livin' is easy; fish are jumpin' and the cotton is high. Oh, your daddy's rich and your mama's good lookin'. So hush little baby, don't you cry...
Con el veranito que llevamos, y no me refiero sólo a nivel personal que está siendo nefasto, en más de una ocasión ha salido de mi boca la manida frase: "que paren el mundo que me bajo".
Pues eso, que con el panorama que tenemos, dan ganas de apearse.